Nada cierto ni menos resuelto todavía
Jorge Navarrete P.Abogado
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Jorge Navarrete
Nos cansamos de decir que la política es dinámica, que nadie tiene clavada la rueda de la fortuna y que, de cara a las elecciones de noviembre, cinco meses es demasiado tiempo. Pues bien, cuando el resultado de las últimas primarias -con una muy alta participación ciudadana y un resultado que privilegiaba la moderación- parecía clarificar en algo el panorama político, bastó que transcurriera una semana para que se abrieran más e importantes interrogantes.
El primero fue José Antonio Kast, quien la misma noche de esa elección confirmaba que se presentaría como candidato a la elección presidencial, introduciendo una razonable duda sobre el rendimiento y posibilidades del reciente ganador de las primarias de ese sector, Sebastián Sichel, en la primera vuelta electoral.
Otro tanto ocurría en la izquierda, donde varios de los partidarios de Daniel Jadue -quizás todavía golpeados y frustrados por una inesperada derrota- ya ponen en duda su compromiso con el resultado del proceso electoral, lo que también amplifica la reciente declaración de los dirigentes de la Lista del Pueblo, en orden a no apoyar a Gabriel Boric en su carrera por llegar a La Moneda, no descartando la posibilidad de levantar una candidatura.
Y así también se sumaron las novedades de quienes no se habían pronunciado formalmente en esta última primaria, donde Yasna Provoste confirmó su participación como precandidata, y ahora se está a la espera de la definición del mecanismo para dilucidar el representante de los hasta ahora tres postulantes de la ex Concertación.
Entonces, enfrentamos un escenario político absolutamente abierto que, pese a su capacidad de mutar rápidamente por insospechados derroteros, podría repetir una vieja y conocida imagen entre los candidatos que se vislumbran con mayores posibilidades: la de los 3/3 políticos representados por Boric, Provoste y Sichel.
Ahora bien, y he ahí los más interesante y peligroso a las vez, si las diferencias son mínimas, podrían perfectamente verificarse cualquiera de estos escenarios de cara a la segunda vuelta: el primero, escenario base, es que la contienda sea entre Sichel y Boric; el segundo, y de imponerse Provoste en el mecanismo que acuerde su sector, es que, tal como ha ocurrido en los últimos 15 años, el balotaje sea entre la derecha y la centroizquierda; y tercero, especialmente si Kast mantiene sus opciones de ser candidato independiente, que la segunda vuelta sea entre la izquierda de Boric y la más moderada representada por Provoste, dejando a la derecha en tercer lugar y fuera de la segunda vuelta.
Y si todavía quisiéramos agregar otro elemento más para complejizar este escenario, todo indica que Provoste parece ser la candidata que mejor desempeño tiene en la segunda vuelta: es decir, que superaría indistintamente a Sichel o Boric. Con todo, y he aquí la paradoja, Provoste es también la candidata que -de los tres principales en carrera- tiene hoy menos opciones de llegar al balotaje; por lo que su gran y quizás más importante desafío es evitar salir tercera.
Para concluir, estas definiciones y posicionamientos también influirán en el devenir de la Convención Constitucional; la que, en paralelo, replica muchas de esta alineaciones y cambios en el protagonismo de las fuerzas políticas. En efecto, se espera que, para diciembre, una vez conocidos los resultados presidenciales y terminada la discusión del reglamento, la Convención Constitucional inicie el debate de los contenidos más relevantes de la futura Carta Fundamental.